Período de adaptación en Educación Infantil
El día 11 de septiembre comenzó el nuevo curso escolar 23-24. Como cada curso, los nervios de la vuelta, los cambios, y exprimir los días previos al encuentro con ellos decorando con ilusión las aulas para recibir a nuestro alumnado de Ed. Infantil.
Para los más pequeños, los alumnos y alumnas de 2 y 3 años, siempre empezamos con un período de adaptación lo más ajustado posible a sus edades.
Este proceso tiene el objetivo fundamental de permitir a los niños/as adaptarse paulatinamente a un nuevo espacio, nuevos docentes de referencia con los que poder establecer un vínculo segurizante, nuevos compañeros/as… Hay que tener en cuenta que para muchos de ellos será la primera vez que se separen de su entorno familiar y será su primera experiencia social y que, durante el periodo de adaptación escolar, el niño/a está inmerso en un ambiente nuevo lleno de emociones, miedos, ansiedad y deseos, que se presentan todos al mismo tiempo.
Este proceso es gradual; cada día van permaneciendo menos tiempo con sus "aitas", "amas",… en el aula, para dar paso a mayor tiempo con el equipo educativo y sus compañeros/as. No obstante, hemos tratado de adaptarnos todos también al momento en el que se encontraba cada niño/a.
En las reuniones generales de inicio de curso, las profesoras del aula de 2 años aprovechamos el momento de encuentro con las familias para agradecerles profundamente su papel en el proceso de adaptación de sus hijos e hijas. Su respeto a los tiempos, a nuestras orientaciones, al momento en el que estaban sus hijos e hijas que, evidentemente ninguno era igual al otro. Este papel es el que ha favorecido que, actualmente, el ambiente en el aula sea cada vez más calmado, vaya disminuyendo el nivel de ansiedad por la separación y podamos empezar a ver, con tan poco tiempo de experiencia, momentos de grupo para comer juntos el "hamaiketako", alargar poco a poco tiempos de espera, que el momento de reencuentro sea más tranquilo…
Las actividades que estamos realizando en este período apuntan prioritariamente al reconocimiento del espacio, la generación de vínculos entre los niños y niñas, y de los niños/as con las "andereños" de referencia, la paulatina adquisición de hábitos, el conocimiento de los materiales básicos y su cuidado y, poco a poco, el manejo de los tiempos relacionado a las actividades del día.
¿Y cuál es nuestro papel fundamental en este proceso de adaptación de nuestros alumnos y alumnas más pequeños? Darles confianza, seguridad y contacto afectivo. Tratarles con dulzura, reconfortarles y darles contacto físico; una mirada atenta que no sólo mira, sino que escucha, comprende y acompaña, para que puedan sentir que tienen a alguien ahí para ellos/as.
Tenemos por delante un curso lleno de ilusión, de retos, de aprendizajes, de experiencias y de alegría.